miércoles, 17 de diciembre de 2008

capitulo II

MARCO TEORICO

2.1. INVESTIGACION – ACCION.-

Según Aquepucho – (2002, e.p. Domínguez 2003) Es un método de investigación en el que el investigador tiene un doble rol, el de investigar y el de participante, combina dos tipos de conocimientos teórico y un contextual.
Este método de investigación es usado por los docentes para resolver un problema práctico mediante el uso del método científico. Una investigación – acción no tiene un punto final porque siempre plantea nuevas interrogantes.
Según el Modulo de Metodología de Investigación (2007). La investigación persigue el estudio de los problemas prácticos, la unión de la teoría con la práctica, intenta dar protagonismo al práctico como principal agente del proceso con el fin de lograr mejora de una situación o realidad concreta, bien sea social, cultural, política o educativa.

2.2. AGRESIVIDAD.-

2.2.1. DEFINICION.-
El término agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los gestos o expansiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación. La palabra agresividad procede del latín, en el cual es sinónimo de acometivididad. Implica provocación y ataque. Como adjetivo, y en sentido vulgar, hace referencia a quien es “propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás.
Se presenta como una mezcla secuenciada de movimientos con diferentes patrones, orientados a conseguir distintos propósitos. La conducta agresiva es una manifestación básica en la actividad de los seres vivos. Su presencia en la totalidad del reino animal y los resultados de las investigaciones sobre la misma le dan el carácter de fenómeno "multidimensional" (Huntington y Turner, 1987; Mos y Oliver, 1988).
La agresividad (del latín gradior, gradi + ad = marchar contra) viene a ser un carácter fundamental de cualquier ser vivo. Es un concepto originario de la biología, que ha dado relevancia a su vínculo con el instinto sexual y el sentido de territorialidad, que también es asumido por la psicología. O también se refiere: La palabra agresividad viene del latín "agredí" que significa "atacar". Implica que alguien está decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto incluso si ello significa que las consecuencias podrían causar daños físico o psíquico (Pearce, 1995).
Buss (1961), define a la agresividad como una respuesta consistente en proporcionar un estimulo nocivo a otro organismo.
Bandura (1973) dice que es una conducta perjudicial y destructiva que socialmente es definida como agresiva.
Patterson (1977) dice que la agresión es "un evento aversivo dispensando a las conductas de otra persona". Utiliza el término "coerción" para referirse al proceso por el que estos eventos aversivos controlan los intercambios diádicos.
Para Dollar, Miller, Mowrer y Sear (1939) es una conducta cuyo objetivo es dañar a una persona o aun objeto.
Revisando las diferentes definiciones podemos concluir que la agresividad es cualquier forma de conducta que pretende causar daño físico o psicológico a alguien u objeto, ya sea este animado o inanimado.

2.2.2. CONDUCTA AGRESIVA.-
Las conductas agresivas son conductas intencionadas, que pueden causar daño ya sea físico o psíquico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos tener rabietas o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los demás.

2.2.3. CLASIFICACION DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO.-
Según Buss (1961), podemos clasificar el comportamiento agresivo atendiendo tres variables:
Ø Según la modalidad: Puede tratarse de una agresión física (por ejemplo un a taque a un organismo mediante armas o elementos corporales) o verbal ( como una respuesta vocal que resulta nocivo para el otro organismo, como, por ejemplo, amenazar o rechazar).
Ø Según la relación interpersonal: La agresión puede ser directa (por ejemplo, en forma de amenaza, ataque o rechazo) o indirecta (que pude ser verbal como divulgar un cotilleo, o física, como destruir la propiedad de alguien).
Ø Según el grado de actividad implicada: La agresión puede ser activa (que incluye todas las mencionadas) o pasivas (como impedir que el otro puedas alcanzar su objetivo, o como negativismo). La agresión pasiva suele ser directa, pero a veces puede manifestarse indirectamente. En el caso de los niños, generalmente suele presentarse la agresión en forma directa, como un acto violento contra una persona. Este acto violento puede ser físico, como patadas, pellizcos, empujones, golpes, etc.; o verbal, como insultos, palabrotas, amenazas. También puede manifestar la agresión de forma indirecta o desplazada, según el cual el niño arremete contra los objetos de las personas que ha sido el origen del conflicto.


2.2.4. TEORIAS SOBRE EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO.-
De acuerdo a Ballesteros (1983), las teorías que se han formulado para explicar la agresión, pueden dividirse en:

· Teorías Activas
Son aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos internos, lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, por cuanto viene con el individuo en el momento del nacimiento y es consustancial con la especie humana. Estas teorías son las llamadas teorías biológicas. Pertenecen a este grupo las Psicoanalíticas (Freud) y las Etológicas (Lorenz, store, Tinbergen, Hinde) principalmente.
La teoría Psicoanalítica postula que la agresión se produce como un resultado del "instinto de muerte", y en ese sentido la agresividad es una manera de dirigir el instinto hacia afuera, hacia los demás, en lugar de dirigirlo hacia uno mismo. La expresión de la agresión se llama catarsis, y la disminución a la tendencia a agredir, como consecuencia de la expresión de la agresión, efecto catártico.
Por su parte lo Etólogos han utilizado sus observaciones y conocimientos sobre la conducta animal y han intentado generalizar sus conclusiones al hombre. Con el conocimiento de que, en los animales, la agresividad es un instinto indispensable para la supervivencia, apoyan la idea de que la agresividad en el hombre es innata y pude darse sin que exista provocación previa, ya que la energía se acumula y suele descargarse de forma regular.

· Teorías Reactivas
Son teorías que ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al individuo, y percibe dicha agresión como una reacción de emergencia frente a los sucesos ambientales. A su vez las teorías reactivas podemos clasificarlas en teorías del Impulso y teoría del Aprendizaje Social.
Las teorías del Impulso comenzaron con la hipótesis de la frustración-agresión de Dollar y Millar (1939) y posteriormente han sido desarrolladas por Berkoviitz (1962) y Feshbach (1970) entre otros. Según esta hipótesis, la agresión es una respuesta muy probable a una situación frustrante, es la respuesta natural predominante a la frustración.
La hipótesis afirma que la frustración activa un impulso agresivo que solo se reduce mediante alguna forma de respuesta agresiva. Sin embargo, cada vez se ha hecho más evidente que la hipótesis de la frustración-agresión no puede explicar todas las conductas agresivas. De modo que parece ser que la que la frustración facilita la agresión, pero no es una condición necesaria para ella. La frustración es solo un factor; y no necesariamente el mas importante que afecta la a la expresión de la agresión (Bandura, 1973).
La teoría del aprendizaje social afirma que las conductas agresivas pueden aprenderse por imitación u observación de la conducta de modelos agresivos. Enfatiza aspectos tales como aprendizaje observacional, reforzamiento de la agresión y generalización de la agresión.
El Aprendizaje Social considera la frustración como una condición facilita dota, no necesaria, de la agresión. Es decir la frustración produce un estado general de de activación emocional que puede conducir a una variedad de respuestas, según los tipos de reacciones ante la frustración que se hayan aprendido previamente, y según las consecuencias reforzantes típicamente asociadas a diferentes tipos de acción.
Para explicar el proceso de aprendizaje del comportamiento agresivo se recurre a las siguientes variables:

1. Modelado: La imitación tiene un papel fundamental en la adquisición y el mantenimiento de las conductas agresivas en los niños. Según la teoría del Aprendizaje social, la exposición a modelos agresivos debe conducir a comportamientos agresivos por parte de los niños. Esta opinión esta respaldada por diversos estudios que muestran que se producen aumentos de la agresión después de la exposición a modelos agresivos, aun cuando el individuo puede o no sufrir frustraciones. Congruentemente con esta teoría, los niño de clases inferiores manifiestan mas agresiones físicas manifiestas que los niños de clase media, debido probablemente, a que el modelo de las clases inferiores típicamente mas agresivo directa y manifiestamente.
2. Reforzamiento: El reforzamiento desempeña también un papel muy importante en la expresión de la agresión. SI u niño descubre que puede ponerse en primer lugar de la fila, mediante su comportamiento agresivo, o que l e agrada herir los sentimientos de los demás, es muy probable que siga utilizando los métodos agresivos, si no lo controlan otras personas.
3. Los Factores situacionales: También pueden controlar la expresión de los actos agresivos. La conducta agresiva varia con el ambiente social, los objetivos y el papel desempeñado por el agresor en potencia.
4. Los factores cognoscitivos: Desempeñan también un papel importante en la adquisición y mantenimiento de al conducta agresiva. Estos factores cognoscitivos pueden ayudar al niño a autor regularse. Por ejemplo, puede anticipar las consecuencias de alternativas a la agresión ante la situación problemática, o puede reinterpretar la conducta o las intenciones de los demás, o puede estar consciente de lo que se refuerza en otros ambientes o puede aprender a observar, recordar o ensayar mentalmente el modo en que otras personas se enfrentan a las situaciones difíciles.


2.2.5. FACTORES INFLUYENTES EN LA CONDUCTA AGRESIVA.-
Uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo, ya que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto, así como de los procesos de reforzamientos que haya sido sometido. Si en el abundan modelos agresivos, la adquisición de estos modelos desadaptados será muy fácil.
La familia es, durante la infancia, uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño. Las interacciones entre padres e hijos van moldeando la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes inherentes a su conducta.
El niño probablemente, generalice lo que aprende acerca de la utilidad y beneficios de la agresión a otras situaciones,. En estas circunstancias, el pone a prueba las consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que permiten el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de respuestas nocivas. La conducta agresiva del niño acaba con gran parte de la estimulación aversiva que recibe.
Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se le someta.
Se ha demostrado que una combinación de disciplinas relajadas y pocos exigentes con actitudes hostiles por parte de ambos padres fomenta el comportamiento agresivo en los hijos. El padre poco exigente es aquel que hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus demandas, le permite una gran cantidad de libertad, y en casos extremos le descuidad y le abandona.
El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto, comprensión o explicación y tiende a utilizar con frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones cuando ejerce su autoridad. Incluso puede utilizar otras modalidades de agresión como la que ocurre cuando insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un largo periodo de tiempo, esta combinación produce nuños rebeldes, irresponsables y agresivos.
Otro factor familiar influyente es la incongruencia en el comportamiento de los padres. Incongruencia en el comportamiento de los padres se da cuando los padres desaprueban la agresión y, cuando esta ocurre, la castigan con su propia agresión física o amenaza al niño. Los padres que desaprueban la agresión y que la detienen, pero con medios diferentes al castigo físico, tienen menos probabilidad de fomentar acciones agresivas posteriores.
Es decir una atmósfera tolerante en la que el niño sabe que la agresión es una estrategia poco apropiada para salirse con la suya, en la que ese le reprime con mano firme pero suave y es capas de establecer imites que no se puede en absoluto traspasar, proporción el mejor antídoto a largo plazo para un estilo agresivo de vida. Enseñarle al niño medios alternativos acabara también con la necesidad de recurrir a peleas.
La inconsistencia en el comportamiento de los padres no solo puede darse a nivel de comportamientos e instrucciones, sino también a nivel del mismo comportamiento. En este sentido puede ocurrir, que respecto del comportamiento agresivo del niño, los padres unas veces los castiguen por pegar a otro y otras veces le ignoren, por lo que no le dan pautas consistentes. Incluso a veces pude ocurrir que los padres entre si no sean consistentes, lo que ocurre cuando el padre regaña al niño pero no lo hace la madre.
De este modo, el niño experimenta una sensación de incoherencia acerca de lo que debe hacer y de lo que no debe hacer. Se ofrece incoherencia al niño, también cuando se le entrena en un proceso de discriminación en el sentido de que los padres castiguen consistentemente la agresión dirigida hacia ellos pero a la ves refuercen positivamente la conducta agresiva de sus hijos hacia personas ajenas a su hogar.
Las relaciones deterioradas entre los propios padres provocan tensiones que pueden inducir al niño a comportase agresivamente.
Otro factor reside en las restricciones inmediatas que los padres imponen a su hijo. Restricciones no razonables y excesivos "haz y no hagas" provocan una atmósfera opresiva que induce al niño a comportarse agresivamente. Por ultimo, en el ámbito familiar, puede fomentarse la agresividad con expresiones que la fomenten. Estas son expresiones del tipo "pero ¿pero no puede ser mas hombre?".
El ambiente mas amplio en que el niño vive también puede actuar como un poderoso reforzador de la conducta agresiva. El niño puede residir en un barrio donde la agresividad es vista como un atributo muy preciado. En tal ambiente el niño es apreciado cuando se le conoce como un luchador conocido y muy afortunado. Los agresores afortunados son modelos a quienes imitaran los compañeros.
Además de los factores socioculturales también influyen factores orgánicos en el comportamiento agresivo. En este sentido factores hormonales y mecanismos cerebrales influyen en la conducta agresiva. Estos mecanismos son activados y producen los cambios corporales cuando el individuo experimenta emociones como rabia, excitación miedo. Por tanto, factores físicos tales como una lesión cerebral o una disfunción también pueden provocar comportamientos agresivos.
También estados de mala nutrición o problemas de salud específicos pueden originar en el niño una menor tolerancia a la frustración por no conseguir pequeñas metas, y por tanto pueden incrementarse las conductas agresivas.
Otro factor del comportamiento agresivo es el déficit de habilidades necesarias para afrontar situaciones frustrantes. Bandura (1973) indico que la ausencia de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la agresión. Hay datos experimentales que muestran que las mediaciones cognitivas insuficientes pueden conducir a la agresión. Camp (1977) encontró que los chicos agresivos mostraban deficiencias en el empleo de de habilidades lingüísticas para controlar su conducta; responden impulsivamente en lugar de responder tras la reflexión.
No solo el déficit en habilidades de mediación verbal se relaciona con la emisión de comportamientos agresivos. Es responsable también el déficit en habilidades sociales (HHSS) para resolver conflictos. Las HHSS se aprenden a lo largo de las relaciones que se establecen entre niños y adultos u otros niños. Se adquieren gracias a las experiencias de aprendizaje. Por lo que es necesario mezclarse con niños de la misma edad para aprender sobre la agresión, el desarrollo de la sociabilidad, etc.

2.2.6. TRATAMIENTO DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO.-
Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su reducción o eliminación, sino que también es necesario fortalecer comportamientos alternativos a la agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la agresión, resulta imprescindible hablar también de cómo incrementar comportamientos alternativos. Son varios los procedimientos con que se cuenta para ambos objetivos, entre ellos tenemos.

2.2.6.1. Procedimientos para controlar antecedentes
Los antecedentes se refieren a factores de la situación inmediata que se produce antes de que el niño emita la conducta agresiva. Controlamos los antecedentes manipulando los estímulos ambientales que felicitan la conducta agresiva, así como aquellos que felicitan conductas alternativas. Algunas formas de manipulación de antecedentes son las siguientes:

2.2.6.1.1. Reducción de estímulos discriminativos.-
Se puede controlar los antecedentes eliminando la presencia de estímulos discriminativos. Por ejemplo en casa, no dejando por mucho tiempo solos a dos hermanos cuando suele ocurrir que uno de ellos suele agredir al otro.

2.2.6.1.2. Moldeamiento de comportamiento no agresivo.-
Se puede facilitar la emisión de comportamientos alternativos a la agresión exponiendo al niño a modelos que tengan prestigio para el, manifestando conductas alternativas a la agresión. Y no solo mostrando esas conductas alternativas sino mostrando también como dicho comportamiento es recompensado.

2.2.6.1.3. Reducir la exposición a modelos agresivos.-
Un procedimiento útil para reducir la frecuencia de emisiones agresivas consiste en que, especialmente, los padres y maestros no modelen este tipo de comportamiento. Así pues cuando intentamos regañar al niño por algo que ha hecho, intentaremos no modelar conductas agresivas.

2.2.6.1.4. Reducción se estimulación agresiva.-
Puesto que el comportamiento agresivo puede ser instigado por la presencia de diversos estímulos agresivos como conflictos, expresiones humillantes o carencia de cuidados necesarios durante la infancia, un modo de reducir el comportamiento agresivo consiste en reducir la presencia de este tipo de estimulación.

2.2.6.2. Procedimientos para controlar las consecuencias.-
Las consecuencias se refieren a lo que ocurre inmediatamente después de que el niño emita la conducta agresiva.
Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le siguen contamos con una serie de procedimientos que podríamos agrupar en:
a) Procedimientos de extinción; b) procedimiento de castigo, y c) procedimiento de conductas alternativas.
Los dos primeros tienen como objetivo reducir el comportamiento agresivo. El último tiene como objetivo incrementar comportamientos alternativos a la agresión. Los procedimientos de castigo pueden ser positivos o negativos.
Hablamos de castigo negativo cuando el individuo deja de estar en contacto con un evento positivo, tras haber emitido la conducta inadaptada. Puede tratarse del procedimiento de "Costo de respuesta" o del procedimiento de "Tiempo Fuera". Hablamos de castigo positivo cuando aplicamos una consecuencia aversiva tras emitir la conducta agresiva. Son muchas las formas que puede tomar dicha consecuencia. Por ejemplo, puede tratarse de un azote o cualquier otro estimulo físico, o de una reprimenda o un grito, o de un gesto de desaprobación, etc.
Para eliminar el comportamiento agresivo controlando las consecuencias que le siguen se cuenta con los siguientes procedimientos:

2.2.6.2.1. Extinción.-
Se basa en la idea de que una conducta que se mantiene gracias a las recompensas que recibe, puede desaprenderse si deja de ser recompensada. Es decir, si una conducta dada ya no produce los efectos esperados, su influencia tiende a disminuir. Si el niño emite una conducta agresiva y no sucede nada, se dará cuenta de ello y abandonara ese modo de comportarse. Por tanto el procedimiento de extinción consiste simplemente en suprimir los reforzadores que mantienen la conducta agresiva.

2.2.6.2.2. Procedimientos de castigo.-
Castigamos una conducta aplicando consecuencias aversivas o eliminando eventos positivos una vez que el niño ha agredido. En el primer caso se trata de castigo positivo. En el segundo de castigo negativo. Son procedimiento de castigo negativo el procedimiento de Tiempo Fuera y el procedimiento de Costo de Respuesta.
2.2.6.2.2.1. Tiempo Fuera.-
Es un procedimiento mediante el cual el niño que se comporta de modo agresivo es apartado físicamente de todas o muchas de las fuentes de reforzamiento durante un periodo de tiempo. Igual que con la extinción, el propósito es reducir la conducta agresiva. Pero se diferencia en que la extinción supone la supresión del refuerzo, mientras que en el tiempo Fuera el niño es apartado de la situación reforzarte.

2.2.6.2.2.2. Costo de respuesta.-
Consiste en retirar algún reforzador positivo contingentemente a la emisión de la conducta agresiva. Es especialmente eficaz cuando se combina con reforzamiento de conducta apropiada. De tal modo que lo que el niño pierde por omitir la conducta inapropiada es parte de lo conseguido por emitir la conducta apropiada. Por lo general se utiliza dentro de un contexto de economía de fichas, en el que se ganan puntos por emitir la conducta adecuada. También puede consistir el Coste de respuesta en perdida de privilegios como no ver televisión o no salir a recreo.

2.2.6.2.2.3. Castigo físico.-
Al aplicar el castigo físico tendríamos que dar, por ejemplo, un azote una vez que el niño se ha comportado agresivamente. Concretamente en el caso del comportamiento agresivo, es al técnica menos indicada por lo contraproducente que puede llegar a ser. Y es que ocurre que el castigo físico puede tener una serie de efectos colaterales que lo contraindican. De hecho, es el método menos afectivo para cambiar la conducta del niño.
Presentamos algunas de las razones por la no se aconseja el castigo físico para este trastorno:
· En primer lugar, imagínese la contradicción que representa el padre que da un azote a su hijo para decirle que deje de pegar al hermano. ¡Esta modelando la precisamente la conducta que desea eliminar! Posiblemente el niño aprenda que el ataque físico es un medio legitimo de conseguir lo que se quiere y de controlar a los otros igual que lo hace su padre.
· Los métodos físicos de castigo suelen conducir a la hostilidad a muchos de los niños a quienes se les aplica.
· Si son los padres quienes aplican castigo físico constantemente puede ocurrir que estén enseñando al niño a que les tema y le desagraden, ya que cualquier estimulo asociado con el castigo tiende a convertirse en algo desagradable.
· El castigo puede suprimir momentáneamente la conducta agresiva, pero los efectos a largo plazo son menos atractivos. Se ha demostrado que los delincuentes han sido normalmente victimas de más ataques de adultos que los no delincuentes.

En definitiva, no es aconsejable la aplicación sistemática de castigo porque sus efectos son generalmente negativos; se imita la agresividad, aumenta la ansiedad del niño, y se incrementan las conductas de evitación, como minino.
Reprimendas
Otra forma menos contraproducente de aplicar castigo positivo es mediante estímulos verbales como reprimendas o gritos. Puesto que las reprimendas no causan daños físicos es un tipo castigo menos censurable que el castigo físico. Si se utiliza sistemáticamente puede resultar una técnica eficaz para reducir la conducta agresiva. Las reprimendas pueden consistir en un simple ¡No!. Para que resulte eficaz:
a. Debe darse cada vez que se emita la conducta agresiva.
b. La persona que suministra la reprimenda debe estar cerca físicamente del niño, y especificarle claramente cuál es la conducta por la que se le reprende.
c. Debe mirar al niño a los ojos, emplear una voz firme y sujetarle firmemente mientras le reprende.
d. Debe ser seguida de elogios por comportarse adecuadamente después de la reprimenda.
Ø Sobre corrección :Esta técnica tiene como fin corregir las consecuencias de la conducta agresiva y facilitar que el agresor asuma la responsabilidad de tal conducta, Resulta útil en los casos en que ni la extinción, ni el costo de respuestas, ni el tiempo fuera, ni el reforzamiento de conductas incompatibles ha tenido afecto, La sobre corrección puede aplicarse en forma de sobre corrección restituirá o en forma de practica positiva o en ambas juntas. Normalmente antes de aplicar la sobre corrección se da una reprimenda ("No pegues"), una descripción de la conducta inadaptada ("Estas insultando a tu hermana") o la manifestación de una regla ("No insultes a la gente").
Ø Sobre corrección restituirá: Aquí se requiere que el niño restituya el daño que ha originado y sobre corrija o mejore el estado original de las cosas. Por ejemplo, por pegar a alguien, se le puede exigir al niño que acaricie el área lastimada durante treinta segundos y que después pida disculpas diez veces después de cada incidente. Este modo de actuar ante la conducta agresiva se conoce también como entrenamiento en el respeto a otros.
Ø Práctica positiva: Consiste en la repetición de una conducta deseable. Por ejemplo, si el niño ha dado patadas a los juguetes tendrá que colocar al juguete tirado en su lugar y, además, ordenar todos los juguetes presentes aunque no los haya tirado.
Ø Reforzamiento diferencial: Consiste en reforzar otras conductas emitidas por el niño excepto la que deseamos eliminar, en este caso la conducta agresiva. Son dos las modalidades de reforzamiento diferencial que resultan útiles para el tratamiento de la conducta agresiva:
Ø Reforzamiento de omisión: Se refuerza al niño cuando lleva un tiempo sin emitir la conducta agresiva.
Ø Reforzamiento de conductas alternativas o incompatibles: Se refuerza al niño por emitir precisamente una conducta incompatible con la agresión. Incompatible quiere decir que no puede darse al mismo tiempo que la conducta agresiva. Una conducta incompatible a la agresión ante una situación conflictiva seria una conducta de cooperación, o asertiva, o cualquier otro tipo de interacción no agresiva.
Ambos procedimientos permiten superar algunas de las consecuencias negativas que podría tener el uso de la extinción. Puesto que con la extinción el niño deja de recibir la atención que hasta entonces recibía por la conducta agresiva, al aplicar el reforzamiento diferencial continuamos atendiendo al niño, solo que ahora lo hacemos por comportarse adecuadamente.
Además si combatimos el reforzamiento de conductas incompatibles con algunas de las técnicas anteriormente vistas, no solo el indicamos al niño lo que está mal, sino que también el decimos que es lo que debe hacer, al tiempo que nos encargamos de incrementar la probabilidad de ocurrencia de la conducta adecuada.

2.2.7. PREVENCIÓN DE COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS EN LOS NIÑOS:
Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el contrario, si lo dispongamos de modo que le resulte asequible el aprendizaje de conductas alternativas a la agresión. Usted puede disponer el ambiente modelando, instruyendo y reforzando conductas adaptativas al tiempo que no refuerza las conductas agresivas.
Siempre que se encuentre ante una situación conflictiva ya sea ante su pareja o con su propio hijo o con cualquier otra persona, modele la calma por medio de la expresión facial, la postura, los gestos, lo que dice y el tono, la velocidad y el volumen con que dice las cosas. Modele también comportamientos asertivos para defender sus propios derechos.
En ningún caso y bajo ningún pretexto, deje que desde pequeño el niño consiga lo que desea cuando patalea, grita o empuja a alguien. Espere a dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si aun el niño no ha tenido la oportunidad de aprender cómo se pide calmadamente las cosas, dé le instrucciones acerca de cómo debe hacerlo, y refuércele con una sonrisa, o un "así me gusta". Refuerce siempre cualquier intento que el niño, aunque muy pequeño, muestre de comportarse adaptativamente en situaciones conflictivas.

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